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1. Ejercicio físico: Promover la práctica de ejercicio físico adecuado a las capacidades del adulto mayor, como caminatas, ejercicios de movilidad, yoga suave o natación, para mantener la fuerza, flexibilidad y equilibrio.
2. Estimulación cognitiva: Fomentar actividades que mantengan activo el cerebro, como la lectura, crucigramas, juegos de mesa, o el aprendizaje de nuevas habilidades o idiomas.
3. Fomentar la participación en decisiones: Incluir al adulto mayor en las decisiones que afecten su vida diaria, como la elección de actividades recreativas, la planificación de comidas o la organización del tiempo.
4. Uso de tecnología adaptada: Introducir el uso de dispositivos tecnológicos adaptados a las necesidades del adulto mayor, como teléfonos móviles con aplicaciones sencillas, para facilitar la comunicación y el acceso a información útil.
5. Apoyo social y redes de apoyo: Promover la participación en grupos sociales o comunitarios, así como mantener conexiones con amigos y familiares para fomentar el sentido de pertenencia y brindar apoyo emocional.