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La dignidad de las personas mayores es un derecho fundamental que debe ser respetado y protegido en todo momento. Sabemos de primera mano que el envejecimiento provoca un aumento progresivo de la vulnerabilidad y de la claudicación en las personas. Aunque puede variar dependiendo de varios factores, en general nos convierten en sujetos más vulnerables ante abusos o discriminaciones. Esta forma de discriminación por edad se conoce en inglés como ageism, que se traduce como ageísmo y puede tener múltiples manifestaciones no solo en el plano social, también en el de la salud. En este artículo, comentaremos los principales factores de riesgo que afectan a la discriminación de las personas mayores y cómo podemos promover la dignidad en la vejez desde la asistencia domiciliaria.
Hay diversos factores de riesgo que pueden afectar a la discriminación
La dignidad tiene relación con el respeto que se otorga a cada persona, independientemente de su edad, género, raza, origen social o cualquier otra característica. Sin embargo, existen ciertos factores de riesgo que pueden afectar la pérdida de este derecho sobre todo en las personas mayores. Además, las personas mayores son víctimas de distintas formas de discriminación, siendo la más común el edadismo. Esta forma de discriminación se manifiesta en actitudes y comportamientos que limitan o reducen el valor y la participación de las personas mayores en la sociedad. Los principales factores de riesgo que pueden fomentar pérdida de dignidad en las personas mayores incluyen la falta de autonomía, la dependencia económica, la soledad, el aislamiento social, el maltrato y el abuso por parte de los cuidadores o de la familia. Y algunos ejemplos de discriminación pueden ser la vulneración del principio de autonomía, la exclusión y la limitación de la participación social o la falta de acceso a servicios de salud de calidad.
¿Cómo promueve la dignidad de las personas mayores la asistencia domiciliaria?
La asistencia domiciliaria es una forma importante de combatir la pérdida de dignidad en las personas mayores. Los asistentes pueden contribuir significativamente a la promoción de la dignidad y el respeto a través de la prestación de servicios flexibles, personalizados y de calidad. Algunas formas de promover la dignidad en el cuidado domiciliario incluyen:
Escuchar y respetar las necesidades y preferencias de cada persona.
Brindar un trato amable y respetuoso, reconociendo la importancia de cada persona.
Fomentar la autonomía y la independencia siempre que sea posible, fomentando su autoestima.
Fomentar la participación social, manteniendo la conexión con amigos y familiares y, si es posible, apoyándoles en sus actividades.
Promover el acceso a servicios de salud y bienestar adecuados y personalizados.
Prevenir el abuso y el maltrato, mediante la vigilancia activa y la denuncia ante las autoridades en caso de ser necesario.
Fomentar el envejecimiento activo como sistema de defensa contra las discriminaciones
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