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Promoción y garantía de los derechos humanos de las personas adultas mayores
La promoción y garantía de los derechos humanos de las personas adultas mayores es esencial para asegurar que esta población pueda vivir con dignidad, respeto y seguridad. Este enfoque implica el reconocimiento y la protección de sus derechos, tales como el acceso a la salud, la vivienda adecuada, la participación en la sociedad y la protección contra el abuso y la discriminación. La implementación de políticas y programas específicos es crucial para asegurar que los derechos de los adultos mayores sean respetados y protegidos, contribuyendo así a una sociedad más equitativa y justa.
Protección Social Integral
La protección social integral abarca un conjunto de políticas y programas diseñados para proporcionar apoyo económico y social a las personas en todas las etapas de la vida, especialmente en la vejez. Para los adultos mayores, esto incluye pensiones, servicios de salud, asistencia social y programas de vivienda. Un sistema de protección social integral eficaz ayuda a prevenir la pobreza, reduce la vulnerabilidad y mejora la calidad de vida de los adultos mayores, permitiendo un envejecimiento con mayor seguridad y bienestar.
Envejecimiento Activo
El envejecimiento activo se refiere a la optimización de oportunidades para la salud, la participación y la seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen. Este concepto promueve la idea de que los adultos mayores deben continuar participando activamente en las actividades sociales, económicas, culturales y cívicas. Fomentar un envejecimiento activo incluye proporcionar acceso a la educación continua, oportunidades de empleo, actividades recreativas y el cuidado de la salud, lo que ayuda a mantener la autonomía y la independencia de los mayores por el mayor tiempo posible.
Formación del Talento Humano e Investigación
La formación del talento humano e investigación en el campo del envejecimiento y el cuidado de los adultos mayores es fundamental para mejorar la calidad de los servicios y programas destinados a esta población. Esto implica la capacitación continua de los profesionales de la salud y el desarrollo social en gerontología, geriatría y cuidado paliativo, así como la promoción de la investigación para entender mejor las necesidades, desafíos y oportunidades del envejecimiento. La inversión en la formación y la investigación contribuye a desarrollar prácticas basadas en evidencia que mejoren la atención y el bienestar de los adultos mayores, y a crear políticas más informadas y efectivas.